domingo, 12 de junio de 2011

Caminando con Machado

Sonetos

Caminando con Machado

Un recorrido por la historia de España en la voz de José Sacristán

Domingo 12 de junio de 2011 | Publicado en edición impresa

Con José Sacristán . Artista invitado al piano : Facundo Ramírez. Realización escenográfica : Genevieve Petitpierre. Iluminación : Federico Bove. Sonido : Federico Boero y Martin Brunillo. Sala : La Trastienda, Balcarce 460. Funciones : 6, 7, 20, 21, 27, 28 y 29 de junio y 4, 5 y 6 de julio
Nuestra opinión: excelente
Hay dos Españas distintas y antagónicas en la memoria que reconoce la historia. Tal vez alguna más, conocido el gusto que la vida tiene por los tonos medios y los matices. Pero dos de ellas son perdurables, dos configuraciones espirituales que han convivido de mala manera en su largo recorrido. Una España negra, cruel y represora, que reflejan las pinturas negras de Goya, los fusilamientos de la Moncloa o la impiadosa dictadura del general Franco, por recordar sólo algunos hitos imborrables en el ancho fluir por el que nos lleva el tiempo.
Otra, más luminosa, entrañable y vital, es la de su arte eterno, la de sus paisajes de belleza inconfundible y la de su laborioso y sufrido pueblo, expulsado tantas veces de su tierra, pero germinador impenitente de las patrias del mundo, al que preñó con su sangre solidaria, leal y pura. Antonio Machado, ese poeta universal, hombre honrado hasta la última molécula de sus huesos y lúcido pensador y testigo de su época, fue víctima de la primera España y representante privilegiado de la segunda.
Muerto de pena y enfermedad hace poco más de setenta años en su exilio francés de Collioure, "mirando el mar y casi desnudo de equipaje" como se imaginó en un cuarteto de Campos de Castilla, su desolada desaparición, como lo de Federico García Lorca a manos de sus fusiladores o la de Miguel Hernández aniquilado vivo en una cárcel húmeda y fría, rebela todavía, aun a tanta distancia, el alma de quienes los amaron y los aman. ¿Qué país que no haya estado doblegado y envenenado por el odio más profundo pudo sesgar esas vidas que, por el sólo hecho de haber existido, justifican todo el sentido y la razón de ser de la raza humana?
El intérprete ideal
Nunca es deshora para el homenaje a un poeta de esta talla. Pero, acaso, ninguna ocasión tan oportuna para evocarlo como ésta de una España indignada -como aquella que su voz encarnó-, que vuelve a pedir equidad a los poderosos para las millones de almas sin trabajo o excluidas del derecho de una vida digna. El programa preparado para evocar al vate y recitar sus poemas no pudo tener un intérprete más acertado que José Sacristán. Su cálida y varonil voz dio cadencia musical y expresiva intensidad a cada uno de los títulos que regaló al público.
Así, de esa fuente incomparable surgieron, verso a verso, respiración a respiración, y en una hora de pareja e ininterrumpida emoción, muchas de las mejores palabras e imágenes del poeta: su amor por la adusta tierra de Castilla, enturbiada por la sombra de Caín, y la inolvidable Soria; el dolor por la pérdida del amor o el recuerdo de los días felices ("¿No ves Leonor, los álamos del río/con sus ramajes yertos?"); la nostalgia frente a la inevitabilidad de la muerte; la sensibilidad ante el sufrimiento del hombre en su trabajo; la cólera por el fusilamiento de Federico (El crimen fue en Granada). Todo ese desfile bellísimo y lírico fue acompañado al piano -y para máximo regocijo- por el refinado y talentoso músico Facundo Ramírez, quien entregó fragmentos de Albeniz, Chopin, Brahms, Liszt y de él mismo climatizando los poemas.
Sobre el final, y como para querer remarcar en el bis que todo ese trayecto era para hablar de la España más luminosa, Sacristán preguntó al pianista ("¿Nos indignamos un poco?") y recitó "El mañana efímero", ese poema que detesta a la España "que bosteza, vieja y tahúr, zaragatera y triste."
Otras fechas: Hoy, en el Coliseo Podestá, de La Plata; el viernes, en Bahía Blanca; el sábado, en Mar del Plata; el 24, en Lomas de Zamora; el 25, en Tigre; y luego en Rosario, Paraná, Santa Fe, Tandil y Azul.

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